En el mundo del café existe una problemática con las variedades del café. Te explicamos cuál es el problema que hace que muchas se encuentren en peligro de extinción.
Bipartidismo
La competencia y la variedad es muy positiva. Sin embargo, en el mundo del café sólo dos tipos de semillas copan casi la totalidad del mercado. Estas dos semillas son las que reúnen mejores condiciones (entre ellas el sabor) para el consumo. Se trata de las variedades robusta (coffea canephora), con origen africano, y arábica (coffea arábica). Robusta y arábica, con un 40 y un 60% de cuota de mercado respectivamente, son las variedades que consumimos cada día con nuestras tazas.
No obstante, en la naturaleza existen otras 120 especies silvestres de café.
En peligro de extinción
De las especies silvestres, el 60%, unas 75 especies, se encuentran en peligro de extinción. Aunque las especies de café se caracterizan por ser especialmente resistentes al clima y las diferentes plagas, el hecho de que no se cultive la planta ni se protejan otras variedades de café, hace que otras variedades estén en peligro de extinción.
La solución pasa por proteger variedades locales y cultivar especies de café en lugares distintos a su lugar original.
Cómo sería un mundo sin café
Los amantes del café ya lo saben. Este producto cumple funciones que van más allá de lo meramente alimenticio. El café cumple funciones sociales, otorga beneficios prácticos para el día a día de sus consumidores y tiene repercusiones positivas sobre la salud.
Si el café no existiera habría que inventarlo. Lo que resulta una frase vacua puede ser una gran verdad en este caso. De hecho, ya existen países, como los más afines a la Commonwealth del Reino Unido, que consumen té dándole el mismo uso que en otros países se consume café. También en Argentina de manera similar se consume el mate, una infusión de leche o agua caliente con una yerba autóctona.
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