Granada es una ciudad muy especial. Por ser el último reino musulmán en la península ibérica, contamos con grandes monumentos y una herencia cultural muy rica. Sin embargo, el café puede ser parte importante de la historia de Granada. Te contamos la historia del café en Granada.
¿Dónde se empezó a tomar café?
Para el inicio del consumo de café se señala a Etiopía, donde los pastores de la región de Kaffa observaban los efectos positivos de los granos cuando los comían sus cabras.
En Etiopía, desde entonces, el café es toda un icono de su cultura y tiene mucha importancia en ceremonias y celebraciones. Pero el café se extendió por todo el mundo árabe con mucha rapidez.
El café en Europa
Aunque el café, como producto de consumo, ha existido desde mucho mucho, tuvo que existir un día en el que los europeos se toparan con este manjar para que constara en nuestros libros de historia. Sin embargo, el café se ha consumido en el mundo árabe desde hace miles de años.
Se data que fue Leonhard Rauwolf, un médico alemán de viaje por Oriente Medio, el primer europeo en tomar esta bebida en el siglo XVI. Por otro lado los mercaderes venecianos son a los que se les atribuye su llegada a Europa.
Granada, una ciudad de café
Sin embargo, tenemos que pensar que el continente europeo fue parte del mundo árabe desde mucho antes de que los venecianos comerciaran con este producto ya en el siglo XVII.
Dos siglos antes, el café se consumía también en Al-Andalus y sobretodo en el Reino de Granada, último bastión del islam en la península. Posiblemente se hiciera desde mucho antes, pero no existen evidencias firmes de esto. Por ello, podríamos decir que Granada fue la primera ciudad europea en la que se bebió café, con permiso de Constantinopla.
Cuando los cristianos recuperaron Granada pasaron inadvertido este producto, sin embargo, en Granada ya habían convivido cristianos, judíos y musulmanes que habían compartido más de un café.
Los granadinos no volverían a hacerlo, al menos de forma legal, hasta principios del siglo XVII, una vez el Papa Clemente hubo legalizado su consumo.
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