Son muchos los tabúes y mitos que cada día nos llegan acerca de consumir café. Nunca fallan los tradicionales como “el café deshidrata” además de “si bebes café te crearás dependencia”, “no podrás dormir” o “te producirá ansiedad y taquicardia”.
Si realmente quieres acabar con los mitos del café y disfrutar saboreando este elixir, sigue leyendo.
En la actualidad, hay evidencia y constancia de distintos estudios que dan la razón, o al menos, no tachan de peligroso el consumo de café. Porque es una bebida que aporta energía, concentración y vitalidad. Además, es un excelente antioxidante y protege frente a algunas enfermedades como el cáncer de piel o la diabetes. Por ello, los nutricionistas establecen como apto un consumo diario de tres tazas de café, si bien lo recomendable es no tomarlo ya entrada la tarde–noche. A partir de ese momento, podrás sustituirlo por una infusión de manzanilla o agua. De este modo, seguirás una dieta saludable y notarás los beneficios del café.
Pero además, toma nota, porque el café no deshidrata. Sí, has escuchado bien. Así lo confirma un estudio británico realizado por investigadores de la Universidad de Birminghan. Los participantes (una muestra de 50 hombres de 18 a 46 años) consumían entre 3 y 6 tazas de café al día, una cantidad incluso por encima de la media. Aún así, el resultado pone de manifiesto que las personas que solo beben agua mantienen niveles similares de hidratación que aquellas que beben café. Y es que consumido con moderación, el café no tiene un efecto negativo sobre la hidratación de los tejidos corporales. Simplemente se trata de uno más en la larga lista de falsos mitos del café.
Por eso, si quieres estar hidratado tanto en invierno como en verano, lo ideal es que bebas ocho vasos de agua al día de acuerdo a las pautas establecidas por los expertos. Pero no desesperes: lo puedes hacer recurriendo a vasos de agua o consumiendo mayor cantidad de ensaladas, frutas ricas en agua -como la sandía- o sopas. Y además, incluye tu café diario en el desayuno, media mañana o después de comer. En tu casa o en la oficina.